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Cómo mantener tu piscina cristalina e impermeabilizada durante el verano.
La piscina puede ser un arma de doble filo, pues requiere una serie de cuidados para poder disfrutar de ella en plenitud y hay que estar dispuesto a llevarlos a cabo.
Porque no se trata de tenerla en perfecto estado en los primeros compases de la temporada veraniega; se trata de que esté totalmente a punto durante los tres meses de verano…e incluso algo más, pues en algunas zonas los últimos años el verano se ha alargado hasta finales de septiembre y principios de octubre. Por ello, hay que ser muy constantes con su mantenimiento y su limpieza.
En primer lugar, hay que mantener durante toda la temporada estival el nivel del ph del agua, es decir, que su acidez esté en los límites recomendados. Estos niveles tienen que estar siempre, dentro de una escala que va de 0 a 14, entre 7,2 y 7,8. Si los valores están por encima de ese 7,8, el desinfectante –cloro, normalmente- pierde su efectividad. Además, debe mantenerse en estos niveles para que la instalación esté en buen estado y para evitar que los bañistas sufran irritaciones en la piel o en los ojos. Por ello, es recomendable revisarlo una vez a la semana al menos.
Como señalábamos, el cloro es imprescindible para desinfectar el agua –destruye bacterias y hongos- , por ello hay que tenerlo siempre en su justa medida y no olvidarse de renovarlo cuando se acabe. Igualmente, es muy efectivo realizar un control antialgas para prevenirlas. Para ello es conveniente aplicar un algicida para piscinas de forma regular. No obstante, si el agua se vuelve de color verde…es que las algas han colonizado nuestra piscina, de modo que habrá que aplicar un tratamiento de choque que consiste en combinar un producto antialgas con un lavado antialgas. Además, las algas dejan la superficie de la piscina resbaladiza –lo que es un peligro para cualquiera que se bañe-, de modo que habrá que limpiar a fondo la estructura para evitar caídas.
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