El Banco de España sigue en sus trece: la subida del 22% que ha aplicado el Gobierno de Pedro Sánchez al salario mínimo interprofesional este año tendrá efectos en el mercado laboral.

 

El supervisor del sector financiero ya alertó hace unos meses de la posibilidad de que este repunte del salario mínimo hasta los 900 euros mensuales podría destruir hasta 125.000 empleos en el futuro, y en su último informe ha vuelto a dejar clara su postura.

 

Según consta en el documento que recoge sus nuevas proyecciones macroeconómicas, "los efectos de la subida del salario mínimo tenderán a moderar el dinamismo del empleo en los próximos trimestres. Además, la moderación gradual de las tasas de crecimiento del PIB que se anticipa a lo largo del horizonte de proyección se traducirá en una disminución progresiva del ritmo de creación de puestos de trabajo".

 

Por otro lado, el organismo sostiene que "en un contexto en el que los crecimientos de la productividad seguirán siendo reducidos, el mayor avance de la remuneración de los asalariados se traducirá en incrementos más marcados de los costes laborales unitarios".

 

No obstante, para este ejercicio sus previsiones son mejores de lo que se esperaba. Cree que el PIB crecerá en 2019 un 2,4%, dos décimas por encima de lo previsto en marzo, mientras que mantiene sin cambios los cálculos para 2020 y 2021, en los que el PIB crecerá un 1,9% y un 1,7%, respectivamente. 

 

También espera que la tasa de paro continúe reduciéndose y pase del 14,4% del año pasado al 13,8% a cierre de 2019, mientras que si se cumplen sus proyecciones en 2021 estará por debajo del 12%. Ahora bien, parte de esta bajada vendrá de la mano de un repunte de la población activa, más que una mayor redcción del desempleo. 

 

Las variables que podrían tener un comportamiento peor de lo esperado hasta la fecha son el consumo público y privado, y el déficit de las CCAA. Según el Banco de España, se quedará este año en el 2,4%, una décima por encima de lo previsto. Para los dos próximos ejercicios, la revisión al alza es de dos décimas, aunque en 2021 el déficit podría estar en torno al 1,6%. 

 

Con todo, el Banco de España insiste en que la intensidad de los riesgos que rodean el escenario central de la evolución de la actividad económica ha aumentado en los últimos meses. Las incertidumbres proceden, sobre todo, del contexto exterior y entre ellos destacan la posible adopción de nuevas medidas proteccionistas (que, entre otras vías, afectaría al comercio mundial a través de la alteración de las cadenas globales de valor) o un resurgimiento de las tensiones geopolíticas, que podrían acabar incidiendo negativamente sobre el comercio global y la inversión empresarial".

 

También destaca "una salida del Reino Unido de la UE sin acuerdo entre las partes, que podría tener consecuencias severas para ambas áreas económicas, así como la incertidumbre en torno a la senda futura de la política fiscal desarrollada en Italia, cuyo impacto se ha limitado por el momento a ese país, acabe incidiendo sobre otras economías del área del euro".

 

Por último, y ya en el ámbito nacional, el supervisor de la banca destaca "el elevado grado de fragmentación parlamentaria, que viene produciéndose desde hace varios años, introduce una mayor incertidumbre acerca de la orientación futura de las políticas económicas y de la adopción de reformas que aumenten el potencial de crecimiento de la economía". 

 

No ve riesgo de una burbuja inmobiliaria como la anterior

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, afirmó en rueda de prensa que, por ahora, no ven indicios de una nueva burbuja inmobiliaria, ya que no se están repitiendo los parámetros de ciclos anteriores como un aumento del endeudamiento.  "No vemos indicios de sobrevaloración generalizada, aunque es un elemento que seguimos con atención y de manera continuada", afirmó, alegando además que las actuales subidas no son uniformes en todo el país.

 

 

Fuente: idealista/news