Actualmente lidera la clasificación Suecia, donde el tipo máximo de gravamen sobre la renta alcanza el 57,1%; le siguen Dinamarca (55,8%), Grecia (55%), Bélgica(53,2%) y Portugal (53%).

Con un tipo de entre el 50% y el 52% encontramos a Eslovenia, Austria, Finlandia, Francia y Países Bajos. En el caso de que salga adelante la propuesta del Ejecutivo, España estaría en línea de estos países teniendo en cuenta el tipo máximo medio en el conjunto del país (50%). 

Por debajo de ese 50% ya están Irlanda (48%), Alemania (47,5%), Italia (47,2%) y Luxemburgo (45,8%). A día de hoy España se encuentra justo por detrás de este país en el ranking, con ese 45%, empatada con Reino Unido y ligeramente por encima de la media de la eurozona (42,6%).

En la lista también encontramos varios países que aplican un tipo máximo inferior al 40%, como Noruega, Chipre o Malta, y que permiten que la media de los Veintiocho se sitúe en el 39%. Incluso hay varios socios comunitarios que aplican un tipo inferior al 20%: es el caso de República Checa, Lituania, Hungría, Bulgaria y Rumanía. Estos dos últimos países cierran la clasificación con un tipo máximo del 10%.

Las regiones con el tipo más alto

El IRPF es un impuesto en el que las autonomías tienen competencia. Así, las rentas están sometidas a un tipo nacional (común para todas las regiones) y otro autonómico. Las regiones con los tramos más elevados sumando ambas partes son Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, La Rioja, Cantabria y Asturias, por lo que se convertirían en las más afectadas por la subida impositiva a las rentas altas, sobre todo la región catalana.

Y es que es donde hay más personas con rentas que superan esos 150.000 euros anuales. Según los Técnicos de Hacienda, la subida del IRPF a las rentas altas tendría efectos sobre unas 22.000 personas, más que en Andalucía y Comunidad Valenciana juntas (13.600 personas). Si en esas CCAA se aplicaría un 52%, en el caso de Madrid sería un 47,5%.