Para hacerse una idea de cuánto representa esta cifra, basta recordar que durante 2015 se llevaban a cabo cada mes unas 10.000 operaciones. Todo un síntoma de que la subida de impuestos a las segundas residencias aplicada en abril de 2016 y a la posterior victoria del Brexit están calando en el ánimo de los potenciales compradores, cuya decisión de compra se está viendo empañada por las preocupaciones del impacto que tendrá la salida de Reino Unido de la UE en la economía.

En Islington, uno de los barrios londinenses de moda, el número de transacciones prácticamente se ha reducido a una tercera parte en 24 meses. Si el pasado mayo se llevaron a cabo 87 operaciones, un año antes se cerraron 139 y en 2015, casi 260.

Alza generalizada del precio

A pesar de que se están ralentizando las ventas de viviendas, los precios en la capital británica siguen subiendo. Las últimas cifras hablan de un encarecimiento del 5,2% interanual.

No obstante, la evolución de precios va por barrios. Y es que mientras en Kensington y Chelsea se han disparado más de un 20%, en Camdem y Westminster han subido a ritmo de un solo dígito y en el corazón de la ciudad incluso vemos descensos: en la zona de la City, el precio ha caído casi un 5% en el último año, mientras que en Islington ha bajado cerca de un 1%.