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1. La importancia de las certificaciones
Tanto las viviendas nuevas como de segunda mano necesitan tener el Certificado de Eficiencia Energética (CEE): se trata de un documento oficial que realiza un técnico y que incluye información objetiva sobre las características energéticas del inmueble. Es obligatorio contar con este documento antes de realizar la compraventa.
Otro de los certificados importantes es la Inspección Técnica de Edificios (ITE), que debe estar al día para todos aquellos inmuebles de más de 50 años. Su misión es asegurar que se cumplen todos los requisitos de seguridad.
En tercer lugar, y no por ello menos importante, es recomendable asegurarse de que la casa está libre de cargas. Es decir, que está al corriente en el pago de impuestos, de la comunidad y de los suministros. Para ello, basta tener la certificación correspondiente.
2. Los gastos e impuestos relacionados con la compra
La compra de una vivienda supone mucho más que pagar la hipoteca. La transacción está sometida a muchos gastos e impuestos, aunque estos varían dependiendo de si la casa es nueva o de segunda mano. En términos generales, hay que hacer frente a los gastos previos a la operación (como la tasación) y los propios de la compraventa.
Entre la tasación de la casa, el notario, el registro y los correspondientes impuestos (IVA, AJD, ITP…), los expertos recomiendan tener unos ahorros de al menos el 13% del precio de la vivienda. Todos ellos son gastos obligatorios que giran en torno a la compraventa de una vivienda, aunque la ‘factura’ a pagar dependerá de si se trata de una casa nueva o usada y del importe de la misma.
3. Elegir la mejor hipoteca posible
Otro de los factores clave antes de comprar una vivienda es tener la certeza de que tenemos una hipoteca con la que podremos financiar la transacción. Si no disponemos de dinero para pagar la casa, necesitaremos un préstamo hipotecario.
Por regla general, los bancos conceden a los clientes una cantidad que se corresponde con el 80%-90% del precio del inmueble, dependiendo del perfil del cliente, del tipo de inmueble y de la hipoteca que elija. Actualmente los préstamos hipotecarios tienen unas condiciones muy competitivas, aunque están apareciendo las comisiones de apertura y los tipos de interés iniciales, que encarecen las hipotecas en los primeros meses de vida.
Una buena manera de conocer cómo está el mercado es consultar comparadores especializados, como por ejemplo el de idealista hipotecas. ¿Y qué elegir, una hipoteca a fija o una variable? Los expertos recuerdan que no hay una única respuesta: todo depende de la situación personal y financiera del comprador, de sus ingresos, del plazo en el que quiera devolver el préstamo y del porcentaje de compra que necesite financiar. También es necesario leerse bien toda la documentación antes de firmar para evitar sustos en el futuro.
4. Analizar los seguros vinculados
A la hora de elegir y contratar la hipoteca, es frecuente que surja esta duda: ¿debo contratar con el banco que me dé la hipoteca productos adicionales como el seguro de hogar (que es obligatorio tenerlo) o el seguro de vida (que es opcional)? La respuesta es que no es necesario. Normalmente las entidades ofrecen a los clientes la contratación de dichos productos, a cambio de mejorar las condiciones de la hipoteca a través de una rebaja del tipo de interés. Por eso, es aconsejable hacer números, rastrar los precios y las coberturas de otras ofertas del mercado y valorar qué es lo que más compensa.
5. Dedicar tiempo a elegir la casa
La compra de una casa es de las decisiones más importantes que se pueden tomar, por eso no conviene precipitarse. Lo mejor es visitar varias viviendas para saber qué opciones hay en el mercado y qué tipo de casa podemos tener en función de nuestro presupuesto. En este punto, los expertos recuerdan a los futuros propietarios que pregunten todo aquello que no sepa o no entienda antes de firmar cualquier documento. 
6. Consejos para la compra sobre plano
¿Y qué pasa si la vivienda que voy a comprar aún no está construida? En este caso, es recomendable tomar una serie de medidas para asegurar que la compra sea con garantías. Por ejemplo, conocer a la promotora que vende la casa, comprobar que esté activa en el Registro Mercantil y que el solar donde se va a construir el inmueble está verdaderamente a su nombre.
Además, y como en cualquier compraventa, es necesario leer con antelación todas las cláusulas antes de firmar el contrario, así como cerciorarse de que incluye el precio final, la fecha de entrega de llaves y el plano de la vivienda que se ha adquirido. Es necesario recordar que, durante el tiempo que dure la construcción, las aportaciones deben realizarse mediante transferencia bancaria.
“Es muy importante que el futuro propietario compruebe que sus aportaciones van a una cuenta abierta por el promotor sólo para este efecto. Es decir, que con ese dinero se hagan frente a los gastos de edificación y no a otros conceptos como la compra del suelo, y que se contrate un seguro o se constituya un aval que asegure su devolución en caso de que no lleguen a terminar la construcción o se retrasen en la entrega”, recuerdan los abogados especializados en Derecho Inmobiliario de Legalbono, quienes añaden que, en caso de que no se construyan las viviendas, los afectados tendrán garantías y podrán presentar una reclamación para recuperar el dinero invertido.

Compartir: Facebook Twitter Google + Menéame.net 30 de noviembre del 2017