Para el común de los mortales, cuando se compra un inmueble que arrastra el impago del IBI por parte del anterior dueño, Hacienda puede exigir al nuevo comprador que lo pague, tal y como se establece en el artículo 64.1 de la Ley de Haciendas Locales. 

Sin embargo, a Sareb no se le puede exigir que pague los impuestos que quedaron sin abonar antes de la transmisión de inmuebles o hipotecas que se haya adjudicado. El Gobierno en una ley aprobada en 2012 (Ley 9/2012) y modificada en 2015 (Ley 11/2015) aprobó este beneficio fiscal para evitar que desembolsara una suma ingente de dinero en pagar impuestos de todos los inmuebles y préstamos que se adjudicó de aquellos bancos que recibieron ayudas públicas. 

La cartera de Sareb está formada fundamentalmente por préstamos al promotor (80%) e inmuebles (20%) que fueron adquiridos a estas entidades por un importe de 50.781 millones de euros. 

Pero el Juzgado de lo Contencioso nº 1 de Ávila ha encontrado una fisura legal por la que obligar a Sareb al pago del IBI que dejó sin pagar el anterior dueño. ¿En qué casos es así? Es en los supuestos en los que Sareb primero se haya adjudicado un préstamo y posteriormente reclamar al deudor a través de la ejecución hipotecaria. 

En este caso hay dos transmisiones a la Sareb, tal y como señala José María Salcedo, socio de Ático Jurídico:

a) La primera, la del préstamo, a cuya transmisión se aplican las exenciones de responsabilidad tributaria según las leyes citadas anteriormente.

b) La segunda, en el procedimiento de ejecución hipotecaria, que ya no se beneficia de esta exención de responsabilidad. 

En definitiva, Hacienda puede exigirle IBIs atrasados a Sareb cuando primero se adjudicó un derecho de crédito, y posteriormente ha adquirido el inmueble como consecuencia de un procedimiento de ejecución hipotecaria. En este última transmisión la SAREB ya no tiene beneficios fiscales.