|
|
Tony Stark, el álter ego marveliano de Iron Man, es ingeniero, inventor y un auténtico 'manitas' que solo necesita su imaginación (y alguna que otra herramienta) para fabricarse un exoesqueleto mecánico cargado de armas o un reactor en miniatura. Rico, inteligente y carismático, la principal afición de Stark, aparte de librar al mundo de malhechores, es diseñar nuevas tecnologías. Sin embargo, ¿qué hubiera pasado si a este genio ficticio le hubiera dado por la arquitectura? Hay quien asegura que el resultado seguramente se parecería bastante a la obra de Vasily Klyukin, un joven multimillonario ruso, cofundador del banco Sovcom, que se atreve con todo a la hora de diseñar edificios. Su particular catálogo incluye una Venus de Milo de cientos de metros de altura, un rascacielos con forma de cohete espacial o incluso uno que parece recién sacado, más que de ‘Iron Man’, de ’Transformers’: culmina con el rostro de un enorme jaguar que amenaza con sus fauces a la mismísima bóveda celeste. |